lunes, 20 de febrero de 2012

OPCION Y ACCION PARA NUESTROS SERES


Desde la voz de Inés Hola les habla Oncara Maestra en la Luz, desde mi Amor más incondicional les quiero hacer llegar toda la sincronía que ejercen sus seres y el mío, en completa y sutil armonía. Hoy les voy a comunicar que si hacen los siguientes ejercicios estarán en plenitud de circunstancias para la elevación y transformación de sus cuerpos sutiles, adjuntando la suficiente energía para que el cuerpo humano constate la virtud de sentirse amado por toda su plenitud. Comenzaremos con un sencillo ejercicio de relajación, respirando profundamente, lo van a hacer hasta cinco veces, pues deben despojarse de toda conciencia que atenué el sentido que queremos dar a este ejercicio. Sigamos amorosamente infundidos en nuestros propios seres, conecten con ell@s sutilmente y amorosamente, visualícense tal como son en el plano sublime y sutil al cual pertenecen. Se encuentran en un lugar no definido, pues cada un@ de ustedes debe encontrar el suyo. Ahora una vez ubicados visualicen como delante de ustedes hay una gran mesa, muy larga, con manteles blancos impolutos y sentados a sus lados un@s seres de blanco iriscente que los miran con respeto y amor, encima de los manteles blancos destacan unas frutas de colores radiantes y a ustedes les apetecería comerlas, pero Ah!, primero deben hacer un recorrido por otras estancias. Primero y mas allá de la larga mesa hay un arco que los invita a pasar a través de él, al hacerlo se introducen en una estancia de color azul índigo, en principio es un poco oscura, pero automáticamente se hace la Luz en su centro irradiando todo rincón que pudiese quedar oscuro, al irradiar la Luz ustedes ven que en el centro de la estancia hay una gran fuente de color blanco y con varios pisos de altura, desde el más alto fluye un agua de color violeta claro y conforme va depositándose en el piso siguiente su color va cambiando y se convierte en verde claro, en el siguiente se convierte en azul claro y en el siguiente en rosa pálido, cuando llega a la base de la fuente el color del agua es translucido, limpio y cristalino, hagan acción de coger con las manos puestas en forma cóncava, como si fuese un cuenco y vallan llenando el cuenco de sus manos con agua de todos los colores y luego lleven el cuenco de sus manos plenas de las aguas acogidas hasta sus cabezas y derrámenlas en plenitud de amor incondicional, será el bautismo de sus seres a la nueva vibración evolutiva del ser. Se sentirán inauditamente ingrávidos, podrán llegar de un lado a otro de la estancia y recorrerla por completo sin tocar de pies el suelo. En ese estado visualizaran como en la parte frontal de la estancia, enfrente del arco por donde han pasado a ella se abre un gran ventanal, con la ingravidez de sus cuerpos pasen a través del ventanal este paso los llevara a una gran terraza, llena de flores y plantas aromáticas, dejaran su ingravidez y posaran sus pies en el piso de la terraza, los olores y colores de las diferentes y múltiples plantas llenan sus sentidos y los hace relajarse hasta quedar sentados en el piso de la terraza, este no es un piso duro, si no por el contrario en mullido, están cómod@s, hagan acción de hacer un circulo, sentados cómodamente tal cual están, pero en círculo, pues es necesario dejar un espacio en el centro de ese círculo que están formando, ya está hecho el circulo, bello y armonioso circulo, dense las manos, poniendo la mano izquierda con su palma hacia  arriba y la derecha con su palma hacia abajo posándola en la mano izquierda de su compañer@, así tod@s en armonía formaran Uno, como lindo circulo entretejido por el amor Universal. Ahí en completa sincronía, reciben a tres seres que desde arriba se posan en el centro del círculo por ustedes formado. Son seres de gran estatura y cada uno de ell@s va vestido con túnicas de un color diferente, una es blanca, otra es celeste y la otra es rosa pálido, no están visualizando sus rostros, pero si sus manos, las cuales extienden hasta tocar a cada un@ de ustedes, les ponen sus manos en la frente y los bendicen con un signo de interrogación. Una vez terminado este acontecer, los seres de luz se difuminan y ustedes se sientes radiantes, esplendidos pues sus ropajes llevan todos los colores que han idos derramando de las aguas de la fuente y en su pecho esta la imagen del símbolo con que los seres de luz han bendecido a cada un@ de ustedes. Poco a poco vayan soltándose las manos y vean sus propios rostros como reflejados en un espejo, están radiantes y pletóricos. Se ponen de pie suavemente y por una puerta que hay a la derecha de la gran terraza comienzan a caminar entrando de un@ en un@, se encuentran con unas escaleras de blanco mármol, bájenlas suavemente, sin tropiezos, con prestancia y seguridad, hay 25 escalones, cuando llegan al último de ellos hay un zaguán grande y luminoso y otra puerta esta de cristal translucido, ábranla y pasen, se van a encontrar en la primera de las estancias donde se halla la mesa larga y blanca con las frutas encima de los manteles blancos, cojan cada un@ una, la que más les llame la atención, cuando hayan cogido las frutas estas se van a convertir en herramientas, visualicen cual es la suya y para qué sirve, en ese momento se despejara el signo de interrogación y sabrán cual es el cometido que deben efectuar y que cuentan con la herramienta que ustedes mismos han escogido. Así es a lo largo de sus diferentes encarnaciones, siempre tendrán una acción que desarrollar y una herramienta para utilizarla de ayuda y conseguir efectuar el trabajo prescrito por ustedes mism@s en el momento inicial. Ahora poco a poco vuelvan a hacer las 5 respiraciones, poco a poco suavemente y vuelvan a su estado de conciencia normal, si a algún@ de ustedes les cuesta estabilizarse, junten los dedos pulgar y meñique para conectarse con la Tierra y arraigar sus seres, visualizando raíces o ramas que se adentran en ella para omplirse de su fuerza y estabilidad. Bienvenidos amados míos, espero les haya sido útil el ejercicio que hemos efectuado y con mi amor los dejo amorosamente como madre que acuna a sus hijos con una canción que los lleva a la ensoñación más bella que se pueda nunca sentir. Amados míos queden con la Bendición de este ser que lleva impreso en él el Amor de la Creación.
Como Oncara les he hablado en voz de Inés. Gracias por escuchar.
Escrito y canalizado con Amor y respeto por Inés.

martes, 7 de febrero de 2012

LA SENCILLEZ DE LA DIVINIDAD



Como madre amorosa les hablo para contarles una bella parábola. Era que había un hombre del que contaban que era muy sabio al cual alababan y rendían culto, le ofrecían manjares y riquezas y él las aceptaba con placer pues le gustaba sentiré reconocido. El hombre sabio entro en costumbre de que cada vez que alguien demandaba su acción, le pedía remuneración, está cada vez era más alta, pero como la fama lo precedía, las gentes se esforzaban por buscar lo que él les demandaba, para poder llegar a la sabia resolución del problema planteado, así pasaron años y el hombre sabio se enriqueció de tal manera, que ya no quería tener más consultas, pues le quitaban descanso y como sus riquezas ya eran incontables, no temía quedarse falto de ellas.

Un día apareció en el pueblo un joven mendigo, harapiento y con cabellos revueltos, la verdad es que la higiene no era su mejor presentación. Las gentes lo despreciaban porque lo creían un vago, al que no le importaba esforzarse aun siendo tan joven, para mejorar su situación. En una tarde de pleno verano y estando un@s niñ@s jugando a la orilla de un gran lago que adornaba el pueblo, se escucharon gritos de espanto, ya que algunos de l@s niñ@s se habían caído al lago, que tenía una gran profundidad y corrían peligro de ahogarse. El joven mendigo acudió raudo a socorrer a l@s que estaban en peligro y un@ a un@ l@s fue sacando a tod@s, nadie le dio las gracias y sin embargo le hicieron ofrendas al hombre sabio, porque creyeron que él había intercedido, no molestándose en negarlo y aclararlo, pues solo el ego de saberse indispensable lo mantenía en pura soberbia.

El joven siguió con su humilde vida y un día en la plaza del pueblo escucho a las gentes implorando por la salud del hombre sabio, pues había caído en enfermedad, vinieron refutados galenos de otros rincones del País, pero ninguno supo que era lo que lo aquejaba. El joven mendigo pidió permiso para visitarlo y le fue denegado, pues al contario lo despreciaron, él insistió y por una puerta trasera una sirvienta lo hizo pasar al recinto donde se encontraba postrado el hombre sabio, se encontraba adormilado, muy pálido y cansado, el joven se acerco y le tomo la mano izquierda, poniendo su palma hacia arriba, él joven coloco su mano derecha sobre la palma del anciano y poco a poco una radiante Luz inundo toda la estancia. El anciano sabio abrió los ojos y estas fueron sus palabras “Maestro como te has apiadado de mi? Si he sido avaricioso y me he negado a ayudar a mis conciudadanos, cuando me he sabido enriquecido por las riquezas que ellos mismos me habían ofrendado, no soy digno de que tú te acerques a mí y me infundas vida eterna” El joven acercándose más a él le dijo suavemente al oído “La verdadera sabiduría no tiene precio, solo se comparte con los iguales a un@ mism@. Yo solo he compartido la mía contigo” Y se marcho sin que nadie hubiese visto el “milagro” que fue capaz de hacer. Pasaron unos días y el anciano sabio iba mejorando día a día, tanto  en su salud física, como  en su forma de hacer y compartir con l@s demás, volvió a ser el hombre sabio de antaño, sin importarle riquezas mundanas, ayudaba a todo el que así se lo demandaba y no quería nada a cambio, si no un solo abrazo de gratitud.

Fueron pasando los años y el anciano marcho hacia el otro lado de la vida, al llegar al portal de una mansión enorme y majestuosa, se encontró con las puertas cerradas, toco al timbre, pero nadie le abría, desesperado de tanta espera camino hacia un bosque que había no muy lejos de allí, al fondo vio una casita humilde, pero en la que se visualizaba que contenía vida, llego delante de la pequeña puerta y llamo con los nudillos de su mano derecha, la puerta se abrió y le flanqueo el paso el joven mendigo que le había devuelto la vida cuando estuvo tan enfermo, el anciano quedo estupefacto al reconocerlo y saliendo de su asombro le dijo “Maestro que haces en esta humilde casa, si tu sitio está en la gran mansión que hay más allá del bosque?” El joven mendigo, que ya no portaba ropajes inmundos, si no una túnica blanca impoluta y a su cintura un cordón de oro, así como sus cabellos limpios dejaban ver su bello rostro, sus ojos eran color miel y una sonrisa inundaba el lugar, abrazo al anciano y le dijo “No necesito de mansiones lujosas, mi sitio está en la mejor de ellas que es el corazón de l@s que creen en mi”  Se fundieron en un abrazo y en simbiosis formaron un núcleo iriscente de luz blanca.

Aquí termina la parábola y como habrán comprendido les he hablado de la soberbia y de la sencillez, para mostrarles que al final de la etapa de vida escogida como lección, volvemos a la misma esencia Divina y que el amor que despierten en los corazones no tiene parangón con las riquezas materiales que les puedan ofrecer, nunca hagan trueque con ello, pues la perdida sería superior a las ganancias, ya que el verdadero milagro de la vida, está en el sentimiento que nace en los corazones puros y sencillos, que no pretenden ser el centro de atención, si no estar ahí para cuando sean necesarios sus servicios.

Gracias amados hij@s por la atención y la intención de ser sencillamente Divinos. Les envío  Amor hecho suspiro. Oncara.


Canalizado con respeto y Amor por Inés.