miércoles, 16 de marzo de 2011

PARA TI JAPON




Unamos nuestras manos y hacemos tres respiraciones profundas plenas de amor junto al sentimiento de amor incondicional. Visualizaremos al compañero herido. Al país que está en un momento de dolor Japón, son muchas las heridas y no todas van a sanar, pongamos nuestra intención en mitigar su dolor, visualicemos como en el centro de la gran rueda, que hemos creado, al unir nuestras manos, como una gran pirámide de color azul crece y se hace inmensa. De ella emana fe, fe en que todo se va a arreglar, en que los corazones serán acariciados, por amorosas manos que les infundirán valor. Ahora visualizaremos, como esta hermosa pirámide se abre y en su centro hay una destellante luz dorada, es el sol que envuelve al país entero, por algo se le conoce como el país del sol naciente, y ese mismo sol les da fuerza para seguir adelante, del centro de ese sol emana una hermosa figura femenina, es la maestra Kwan Ying, con sus manos amorosas, derrama sus bellas rosas por todo Japón, generando una red de protección y sanación, para todo el país, en gesto de inclinación nos saluda y da las gracias por nuestro apoyo. Es hora de visualizar que todo el país y sus gentes salen airosas del momento de desasosiego, que ha generado a su paso, todo el acontecer de esos últimos días. Ellos son gentes muy espirituales y educadas y en completa armonía reciben todo cuanto se les envía con amor. Saludándonos, como ellos suelen hacerlo, nos dan las gracias. Ahora, iremos cerrando el vórtice energético que hemos abierto. Poco a poco, visualizaremos como Kwan Ying se desvanece entre los rayos del sol, que hemos visualizado anteriormente, enviándonos su amor incondicional y esparciéndolo por todo el planeta Tierra. Respiramos, poco a poco y ahora es el mismo sol el que se va desvaneciendo, pero dejándonos su luz y calor. Tenemos la pirámide azul completamente abierta, debemos cerrarla, pero antes, enviaremos a su centro, todo lo no conveniente para que todo el Planeta este en paz y armonía, Junto a todos sus habitantes. Vemos lentamente, como se cierra la pirámide azul y sentimos que hemos regalado nuestro amor incondicional, a nuestros hermanos japoneses, así como a toda la humanidad. Respiramos poco a poco y sin desunir nuestras manos, pedimos por todo nuestro entorno, por nuestras familias, amigos y por nosotros mismos, para que la generosidad de nuestros corazones dé su fruto. Que así sea, respiramos poco a poco y vamos volviendo a nuestro ser. Gracias por acompañarme en este momento, que necesita la unión de todas las almas, que irradian luz

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