Estamos en momento de aperturas, apertura del metafórico “velo” que separa una forma de vida sublime y sutil de la otra física, ya que la materia que forma nuestros cuerpos humanos, no tiene nada de sublime ni sutil, pues en lo físico se encuentra todo el gran peso de la encarnación, pues es donde se siente el dolor físico y los sentimientos no convenientes a flor de piel, esto conlleva muchos altos y bajos en el sentir del Ser, es donde se encuentran encerrados los diferentes sentimientos, que es capaz de sentir el Ser que habita en ese cuerpo humano. Por ello las canalizaciones que están llegando actualmente se centran bastante en el movimiento vibratorio de todo el sistema Universal, pues en los cuerpos humanos hay una parte que reacciona a cualquier cambio de presión atmosférica, pues cualquier forma de tormenta, los cambios de fase lunar, las tormentas solares, un eclipse, etc., cualquier cambio brusco, se refleja corporalmente, pues la materia también tiene su propia vida y ello conlleva a sentir en nuestros cuerpos físicos los cambios constantes que se están produciendo en todo el Cosmos.
Sabemos que cuando el Ser que habita en ese cuerpo, materia, debe abandonar, el hasta ahora habitáculo, se acaba el sentir y llega la temida muerte del cuerpo, no así del Ser, que hasta ahora le daba la vida interior, como chispa Divina en experimentación de sentimientos y aptitudes que Es.
Bien con esta explicación solo quiero ratificar que la materia, también fluye en concordancia con el Ser que le da vida, que mientras dura la encarnación forman una simbiosis perfecta y por ello debemos cuidar tanto el cuerpo material como el sutil, porque si una forma está bien es más fácil que el otro también lo esté.
Cuidemos pues tanto de uno como del otro y hagamos que la hegemonía llene nuestros momentos, para llegar plenos al final de la etapa, que en cada encarnación en un cuerpo humano, ejercemos como Seres de Luz.
Gracias por prestarme tú atención. Inés.
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